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Hoy se ha descubierto que Instagram registra todo lo que hacemos en la app; incluyendo todos los toques que hacemos en la pantalla.

Con motivo de la puesta en marcha del GDPR, la nueva ley de protección de datos europea, muchas apps están actualizando sus términos de servicio; en la mayoría de las ocasiones, los cambios sólo sirven para aclarar o extender explicaciones de cómo usan nuestros datos.

Un cambio en la política de privacidad de Instagram que ha pasado desapercibido

Pero con la reciente actualización de Instagram para adaptarse al GDPR, la compañía ha aprovechado para expandir la cantidad de información que obtienen; en concreto, datos sobre el uso que le damos a la app.

Como han apuntado en Business Insider, oculta entre las novedades introducidas en la última actualización de Instagram hay una nueva sección; aquí se explica que Instagram recibe información sobre nuestro dispositivo, como los toques y el scroll que hacemos.

Es decir, la app registrará cada vez que pulsamos en la pantalla del smartphone, sin importar si es un botón o no; y enviará esa información a los servidores de Instagram.

La verdad es que esta no es la primera vez que Instagram mete condiciones semejantes en su política de privacidad. La versión antigua ya incluía una mención de que Instagram registra todas las operaciones del dispositivo, desde poner una ventana en segundo plano o los movimientos del ratón (supuestamente si visitamos la web desde un ordenador, claro).

Puede que estés pensando que recopilar semejante cantidad de información es absurdo, y de hecho lo es; imagina registrar cada toque que das en la pantalla, enviarlo a los servidores, y guardarlo en una base de datos. Incluso en el supuesto de que obtener estos datos fuese algo beneficioso, el coste de registrarlos sería demasiado grande como para justificar cualquier beneficio.

Por qué Instagram registra todo lo que hacemos en la app

No registra estos datos para buscar algún beneficio, como vendernos publicidad personalizada. En realidad son datos necesarios para luchar contra bots y trolls. Es decir, Instagram quiere asegurarse de que somos personas de verdad y no programas.

Un programa no se molesta en hacer scroll, hacer pulsaciones innecesarias, o perder el tiempo en una pantalla; los algoritmos de la aplicación pueden diferenciar de esta manera entre personas reales y bots.

Los bots normalmente son usados para potenciar cuentas o post; por ejemplo, miles de bots pueden pulsar en “Me gusta”; en un post para ganar más seguidores y que aparezca como post destacado dentro de Instagram.

Tal vez Instagram no debería haber metido este cambio como parte de la actualización relacionada con la GDPR, esperando que pasase desapercibido. Es verdad que “Instagram registra todo lo que haces” suena muy mal, pero el espíritu del GDPR es precisamente ser transparente con lo que los servicios hacen y para qué lo hacen.